Me cansa esta cretina realidad que nos quiere mostrar la jerarquía religiosa católica residente en Madrid.
El aborto no esta prohibido y el gobierno en negociaciones secretas en el Congreso, para que no se identifiquen las voces discrepantes y afines, van sacar una modificación de la ley o una ley nueva que recoja la casuística y corrija los errores en los que se ha caído.
La jerarquía presiona y pide borrar esta ley.
Me molestan las formas y los modos de expresar la opinión.
Me cansan y aburren los disfraces.
Que oportunidad pierde esta jerarquía en denunciar lo que no considera oportuno o inocente y simultaneamente volver la cara a sus correligionarios para darles todas las claves, en los colegios, en las parroquias, en las misiones religiosas cercanas a los jóvenes - si, esos mismos que son voluntarios en tantas partes del mundo sin miedo a entregar su vida y su tiempo- y darles los medios morales y prácticos para que disminuyan los abortos.
Como me aburren que hablen de familia desde los principios de su cristianismo, con las paradojas que muestra el evangelio, desde su propia formula de sacerdocio y visión machista del mismo.
Los fariseos gobiernan la opinión de los católicos.
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