lunes, abril 11, 2011

Una libreria en Jerusalén que quieren cerrar.

Hoy he leído un ejemplo más de la situación que se vive en Jerusalén donde la burocracia hace de excusa para la discriminación política de una persona, palestina,  que mantiene un negocio en la parte Este de la ciudad. El  negocio es una librería, y me duele que se pueda cerrar una librería en cualquier lugar donde esté ubicada y de quien sea.
Munzer Fahmi, el librero,  ha mantenido  una visa de turista para poder residir en su país,  que debía renovar cada tres meses, ahora,   le han cortado esa posibilidad y ha de ser expulsado conforme a la normativa  israeli y por lo tanto dejar de  vender libros en un local dentro del Hotel American Colony.
www.americancolony.com

Entren en la página web del hotel y verán lo bonito que es. Un cinco estrellas ubicado en un palacio del siglo XIX que construyó una familia norteamericana. Tampoco me gustaría dejar un lugar tan hermoso. Cerrar una librería es  un acto culturalmente reprobable y menos  se justifica en base a una normativa discriminatoria, que expulsa de su tierra al librero.

Ya he contado en alguna ocasión cuando quería iniciar los trámites para residir en Bélgica, la burocracia de Bruselas me dio un número de teléfono sin dirección física, ni de correos, con el fin de concertar una cita. El teléfono sonaba y sonaba y nadie lo descolgaba, un amigo y yo nos propusimos llamar siempre que pudiéramos no importaba la hora, perdimos la cuenta de las veces que llamábamos, lo hacíamos por costumbre, al llegar al trabajo, cuando parábamos para tomar café, cuando salíamos para comer, cuando volvíamos, así sistemáticamente, y,  nunca,  nadie,  nos contestó y nosotros escribíamos a la administración reclamando y siempre nos dirigían al número de teléfono, todavía lo debo tener apuntado en alguna de agenda de la época.
La administración israelí debe ser igual que el teléfono belga, suena y suena pero nunca contesta y si se te pasa el plazo para cumplimentar los trámites has de irte de tu tierra.

Recientemente el escritor inglés IAN MCEWAN  ha recibido el Premio JERUSALÉN,  en su dicurso de aceptación,  pidió reiteradamente el fin de los abusos de poder en el conflicto  y como lo dice muy, muy bien, les propongo el enlace para que disfruten de su alegato por el respeto y la libertad del individuo : http://www.letraslibres.com/index.php?art=15364
Escritores judíos y no judíos están protestando por el abuso y la discriminación que supone esta plancha burocrática político militar. Me uno a esta protesta desde mi modesta voz.


De todas las formas posibles ¡ paren los ataques y sientense a hablar, los palestinos tienen derecho a vivir y los judíos también, hay soluciones, no sean cobardes.!

lunes, abril 04, 2011

El DESENGAÑO DE LA MADUREZ ( La universidad segun el profesor Orejudo)



Tusquets Febrero 2011
ISBN: 978-84-8383-297-4
248 pág.


Los desengaños son parte de los que nos toca encuadernar para nuestro libro de cabecera. Tanto en lo personal como en lo social hay un día  en la que no nos queda más remedio que calibrar aquello en lo que hemos creído hasta ese momento, ya sé, que no es exactamente un día, una hora en que nos citamos con  la iluminación y es poco a poco, como nos convertimos en unos desengañados ilustrados, pero les reto, hagan la lista desde los reyes magos, hasta hoy y seguro que hay un día donde se amontonan.

Antonio Orejudo ( Madrid 1963) profesor de Filología Hispánica, actualmente en la Universidad de Almería con cuatro novelas a sus espaldas y la más valorada por los lectores, por ahora, es “Ventajas de viajar en tren” Alfaguara 2000

En una entrevista para Europa Press hace un comentario que me parece muy interesante y que define al coprotagonista de la novela que comento: “Nuestros problemas elementales, como alimento y el refugio, están resueltos, por lo que los demás son creaciones del ocio” ¿ Radical no?

El asunto principal de la novela es el desengaño y el humor con que retrata ese sentimiento duro y seco.

La novela esta partida en tres, que se ligan, en mi opinión, con cierta dificultad pero no es importante para seguirla porque ha conseguido un estilo ligero, pero trabajado, con una dosis de humor acido y autocritico muy bueno, que la hacen muy fácil.

Antonio Orejudo hace de narrador protagonista y su interlocutor, también protagonista, Cifuentes, también es él. El autor por partida doble. Dos universitarios, amigos felices se trasladan a EEUU por recomendación de su Catedrático para hacer las Américas, ya que en España, en una universidad, que topografía espléndidamente como el gran fracaso de la democracia, pues según el autor, la fracasada universidad franquista pervive y se proyecta hacia el futuro sin piedad. Habla con conocimiento de causa, ya que, ha sido profesor en varias universidades norteamericanas y profesor ahora en España.

En la novela, no hay sosiego, pues la trama que surge por la investigación que hace Cifuentes sobre el idolatrado Catedrático que les había dirigido y apadrinado, es delirante y magnifica. Todo esto combinado con la actualización de la biografía de Cifuentes, pues no se habían visto durante 17 años desde que Antonio Orejudo, autor, narrador, protagonista había salido de EEUU para España. Orejudo maneja muy bien el relato y su sintaxis es trasgresora cuando trata los diálogos pero me hice con ella y me supuso un divertimento, más que una dificultad.

Orejudo, habla de Cifuentes, con ternura, y como el hombre que se complica, que vive, que no se conforma. También de su vida en EEUU : como profesor, como enamorado, como marido, como divorciado de una bióloga norteamericana y como padre de Edgar muchacho con cierta discapacidad. La relación entre padre e hijo está llena de guiños, peca de cierta superficialidad pero maneja muy bien el dialogo interior de Cifuentes y las opiniones de Orejudo, que le dan sustancia.

En una de esas entrevistas por internet, para promocionar el libro “Antonio Orejudo habla con sus lectores” hace afirmaciones muy interesantes y es bueno leerlas porque también se conoce no solo al escritor sino al crítico, al lector y al final a la persona, le hacen la pregunta, de porque debería leer su libro y el responde por “ El sentido del humor, la usencia de solemnidad, la mala leche”

Estoy de acuerdo

La primavera se hizo hueco sin remedio celebrémoslo con buen paseo y un ribera del Duero matizado con un queso de cabra sobre un poco de pan, bautizado con unas gotas de aceite y una pizca de pimentón de la Vera.