lunes, diciembre 18, 2006

Novela para recordar

SUITE FRANCESA
Autor: Irene Nemirovsky
Editorial: Salamandra
ISBN: 84-7888-982-5
Año: 2005

Un acontecimiento editorial como el de este libro es muy raro, ha conmocionado a los lectores y a los críticos franceses que le otorgaron el prestigioso Premio Renaudot póstumo (la primera vez que se hace) y en Madrid, el Gremio de Libreros le otorgó el Premio al Mejor Libro del Año 2005.
Se ha publicado como novela inacabada y es esta la mejor expresión, de su entidad, significación literaria y mensaje vital, es este, un intenso y lucido retrato de la Francia ocupada, por una autora que el 13 de julio de 1942 es arrestada por la Gendarmería colaboradora del ocupante. En una nota a su marido desde ese lugar donde la tenían retenida dice “Por el momento estoy en la gendarmería comiendo grosellas mientras espero que vengan a llevarme”.
Entiendo muy difícil ir describiendo ese caminar al destino final, retratando las personas y el ambiente que jalonan el sendero que te están marcando en cada paso, ahora la esperanza, un poquito mas adelante la frustración y la esperanza de nuevo y sin embargo ser consciente que la siguiente vez, la ultima, no existe indicación alternativa a la brutalidad y al exterminio.
Irene Nemirovsky nace en Kiev en 1903 y muere, es asesinada el 17 de agosto de 1942 en Auschwitz, quiero resaltarlo. Pertenece a una rica familia rusa que huyo después de la revolución de 1917, huyen a Paris a través de Finlandia y Suecia. Se licencia en la Sorbona destacando en el mundo literario, con su novela David Golberg y que el editor Grasset recibió el manuscrito sin remite pero la calidad de la obra le llevó a indagar para conocer el autor, tuvo que poner un anuncio en la prensa e imaginen la sorpresa de este, cuando se encontró al autor acunando a Denise que era la primera hija de Irene y que sería la mas fiel guardiana del espíritu y memoria de su madre.
Irrumpe en la actualidad literaria parisina (los felices 20) llena de nombres que serán sus contemporáneos y admiradores, amiga de Cocteau y Kessel, alabada por Maurois y su compatriota de Nabokov.
Uno de los grandes críticos de la época, el que llamo la atención sobre su calidad literaria, Paúl Reboux, en 1929 escribió: “Entre los escritores jóvenes, no he encontrado ninguno que posea ese tono, esa raza y esa clase. Ninguno de los que me gustan, me interesan y me seducen, ninguno como esta joven...” y donde todos saludaron su depurado estilo y la capacidad de reflejar los ambientes y presentar, con reflejos irónicos y sutiles, a esa sociedad de entre guerras a la que pertenecía y la abrumaba, pero sin juzgarla, en un francés preciso, bello y fresco.
SUITE FRANCESA la pensó y la diseñó como una gran obra y en cinco partes (La tempestad en junio, Dolce, Cautividad, Batallas, La Paz) de las cuales solo consiguió completar dos y preparar notas para continuar: “¡Dios mío! ¿Qué me hace este país? Ya que el me rechaza, considerémoslo fríamente, observemos como pierde su honorabilidad y su vida.” Esta frase escrita en el margen de uno de sus cuadernos es sin lugar a dudas la idea-génesis de la obra y que termina, la reflexión, con “Conservemos la cabeza fría, dulcifiquemos el corazón. Esperemos” y esta ultima, la guía de una escritora que esta trabajando sobre un reportaje/documental autobiográfico y donde va retratar de forma magistral las gentes que se enfrentan a un suceso que les rompe los esquemas y las estructuras de referencia y por lo tanto sus comportamiento y sus reacciones son tan variadas y complejas que le dan a la autora, que lo vive de primera mano, la angustiosa coartada para que estas sean plasmadas con un belleza y crudeza magnificas.
Cuando Paris es tomado, ocupado, ella y su familia se refugian en la región del Loira y en el hotel en el que viven, comparten techo con los oficiales alemanes que se hospedan en el mismo.
No son ajenos a su condición de judíos y llevan la estrella que los identifica, aun cuando, ella y su familia se habían convertido al catolicismo y fueron bautizados.
La primera parte de esta novela, La tempestad de junio presenta a un Paris que esta esperando la entrada de los alemanes para entregarse y la segunda parte, Dolce, ya es una Francia rendida y colaboracionista, con un gobierno títere y cruel en Vichy.
La familia es perseguida y en las cartas que se publican como apéndice a la parte narrativa, es fácil extraer frases premonitorias de su destino, le escribe a su editor: “He escrito mucho. Supongo que serán póstumos", la carta esta fechada el 11 de julio 1942 y fue detenida el 13 de julio.
Sus hijas huérfanas de padre también, ya que a los tres meses de asesinar a Irene Nemirovsky fue también asesinado en Auschwitz, fueron perseguidas por la gendarmería francesa y con ellas arrastraban una maleta con los manuscritos de las ultimas obras de su madre y que al acabar la guerra fueron editados con la excepción de este y que Denise creía solamente notas, ella misma, transcribió con ayuda de una lupa (Nemirovsky escribió muy menudo y pegado para conseguir ahorrar material), todos los cuadernos.
1943-1944-1945, en bodegas, internados, conventos, donde se escondían y eran delatadas, reiniciando el angustioso peregrinaje de escondites por toda la región de Burdeos. Estas niñas que tenían que ocultar la nariz, con la ayuda heroica de la tutora Julie Dumot y los editores, una vez acabada la guerra, consiguieron sobrevivir y mostrar la maravillosa obra de su madre, aunque durante mucho tiempo, con pancarta, asistían periódicamente a los andenes de la estación con la esperanza puesta en los trenes que traían hasta Paris a los que se salvaron del exterminio, de encontrarse con sus padres. Curiosamente mientras ellas eran perseguidas, la abuela materna, también judía vivía espléndidamente en Niza y cuando fueron a pedirle ayuda, una vez acabada la guerra, les dijo, puesto que eran huérfanas deberían irse a un orfanato, todo ello sin abrirles la puerta. Esta judía llamada Fanny murió en su cama a los 102 años.
Este libro, nace de observar y sentir en carne propia a un país y sus ciudadanos, que han sido saqueados con la humillación de la derrota y la ocupación. Todo el proceso de deterioro social y humano es recogido magistralmente, las reacciones del ser humano que queda, que surge desde de si mismo en esas extrañas circunstancias van siendo gravadas magistralmente tal como se muestran, esplendidas, crueles, divertidas, estúpidas y cobardes.
Leerlo es muy grato y reconfortante, la traducción es muy buena y sin duda fue difícil no dejar nada, puesto que la Nemirovsky era muy cuidadosa, precisa y sutil, traducirla hubo de ser muy complejo y agotador.
Para este viaje por un camino de retrato de una sociedad atrapada, les recomiendo un infusión de poleo con hierbabuena para un caminar de difícil digestión moral.