martes, abril 02, 2013

Heda MARGOLIUS: MUJER - JUDIA - MADRE Una vida en Praga (1941-1968)





Autor : Heda Margolius Kovály
Traductor : Luis Alvarez Mayo
Editorial: Libros del Asteroide
ISBN: 978-84-15625-26-1
Páginas: 277





Este libro comienza:

Tres fuerzas modelaron el paisaje de mi vida. Dos de ellas aplastaron a medio mundo. La tercera era muy pequeña y débil y, en realidad, invisible. Era un pajarillo tímido, escondido entre mis costillas, unos pocos centímetros por encima de mi estómago. A veces, en los momentos más inesperados, el pájaro se despertaba, alzaba la cabeza, y sacudía las alas en éxtasis. Entonces yo también alzaba la cabeza, pues en ese preciso instante sabía a ciencia cierta que el amor y la esperanza son infinitamente más poderosos que el odio y la furia y que en algún lugar más allá del horizonte estaba la vida, indestructible, siempre triunfante.



Heda Margolius Kovály (Praga, 1919-Praga, 2010), nacida Heda Bloch en una familia de judíos acomodados, fue deportada en 1941 junto a su familia al gueto de Łódź, en el centro de Polonia, luego a Auschwitz, donde sus padres fueron asesinados en 1944. Sin embargo, logró escaparse un año más tarde cuando la trasladaban junto a otros prisioneros al campo de Bergen-Belsen. Llegó a Praga para permanecer en la clandestinidad hasta la liberación de la ciudad por el ejército Ruso.
Se casó con Rudolf Margolius, también superviviente de los campos, Secretario de Comercio Exterior en el primer gobierno comunista de Checoeslovaquia y que fue condenado a muerte en el famoso juicio Slánský, una de las primeras purgas estalinistas del régimen comunista checoslovaco. Fue ejecutado en diciembre de 1952: Heda tenía treinta y tres años y su hijo Ivan, cuatro.
En los años siguientes, Heda y su hijo malvivieron, con la ayuda de unos pocos amigos y gracias a sus traducciones del alemán y del inglés y a los diseños de cubiertas de libros que realizaba siempre bajo seudónimo.
En 1955 se volvió a casar con el filósofo Pavel Kovály y, más tarde, emigraron a Estados Unidos, donde Heda trabajó en la biblioteca de Harvard. Su libro de memorias Bajo una estrella cruel se publicó en 1973 en checo en una editorial de Canadá; ese mismo año se publicó en inglés. En 1985 apareció la novela Nevina. El matrimonio regresó a Praga en 1996.
No hay vida sin el convencimiento de lograr la Libertad. Esta frase intenta resumir las memorias de Heda Margolius Kovaly, que es propietaria del peor DNI que se podía tener en Europa en los años 1932 a 1968. Mujer, judía, burguesa y culta.
Los nazis entran en Checoeslovaquia y desde ese momento no hay sosiego, la lucha por la vida se antepone al dolor de la pérdida: de los seres más queridos, de la dignidad y de los valores. Pero no voy ahora a traer el sufrimiento y la crueldad máximas que las alimañas nazis infirieron por donde pasaron, que es de sobra conocido.
La perplejidad es cuando una vez alcanzada la libertad, por voluntad propia se integran en un gobierno de mediocres y corruptos que se aúpan en el poder y que siguiendo las órdenes del padrecito Stalin, dejan a un lado al pueblo y se dedican a manipular, espiar y espoliar vidas y haciendas por mor del partido. “Todas las respuestas están en el partido, tener fé”. ¿Nos suena esta pregunta? Cambiemos la palabra “partido” por la que esté más de moda: mercado, iglesia, líder, periodista, programa de tv, estrella de cine, libro, independencia, bandera, dieta……….
La pregunta que al final de este libro rotundo, espléndidamente traducido, se hace este lector es si: ¿Podemos justificar al Totalitarismo, según sea: la araña, la hoz y el martillo o cualquier símbolo, que esté detrás de él?.
Volviendo sobre el ahora, sé, que lamentablemente hay otros totalitarismos que están surgiendo y sin darnos cuenta estamos permitiendo, cada día. La autora nos alerta, las personas somos serviles y cuando nos encontramos con poder o creemos ser parte del poder, lo ejercemos, sin miramientos, sea, desde los más altos despachos o desde la más simple ocupación.
Hay una tiranía permanente en el miedo infundido por los vecinos y familiares, seres maravillosos que se transforman en delincuentes o delatores por salvarse y/o medrar. Hay una tiranía profunda ya que ese miedo infundido lo hacemos propio y lo transmitimos, nos convertimos en portadores y la cadena sigue hasta siempre.
Heda Margolius Kovály da un repaso a su vida, con un lenguaje sin fisuras, frases cortadas por puntos seguidos, que exige precisión en la palabra(elogiemos al traductor), que imprimen en ciertos pasajes un ritmo tenaz. Hay desorden temporal con repeticiones que revisa una y otra vez para darse cuenta que es realidad: está viva y lo está contando.

Leerlo, en estos tiempos de totalitarismos indecentes, es muy higiénico para seguir el camino.