lunes, enero 28, 2013

AYER NO MÁS DE ANDRES TRAPIELLO "La tercera España"











• Editorial: DESTINO

• nº de páginas: 312 págs.

• ISBN: 9788423329519

Ayer hablaba con mi querido amigo y maestro Fernando sobre nuestra situación como hijos y nietos de personas que vivieron y murieron la guerra civil en posiciones diferentes y la amistad que nos une, construida por nuestra propia historia en común, nos obligó a un punto de generosidad cuando salió la guerra civil. En este caminar común, entre los otros, llevas una mochila cosida con los hilos del amor que la familia propia te cose en el alma con cada beso, con cada renuncia, con cada palabra, con cada olor, con cada historia y en cada caricia de las que participas y no había duda de nuestra amistad, pero sin duda enfrentas tu opinión y el propio juicio del pasado con las historias que desde esa herencia llevamos pegada a la piel. Hay que trabajar mucho para eliminar distingos, tópicos y desde la subjetividad ser generoso y escuchar siendo fiel al juicio crítico de uno mismo para discutir que fue real, mentira y que es lo que otros desde sus trincheras intelectuales nos quieren hacer opinar.

El autor hace hablar a un personaje:

“Pasada la guerra todos han querido persuadirnos de que no pudieron hacer otra cosa, y cada cual cree que en su bando los crímenes se cometieron en abstracto, de una manera indiferenciada, en nombre de la República o de Falange, del Comunismo, de la Anarquía o de la Iglesia, con lo cual, unos y otros, aceptando en principio que todos pudieron ser culpables, acaban teniéndose por inocentes, en tanto creen que los crímenes del bando contrario los cometieron individuos diferenciados que debían pagar por ello. Así se explica que nadie haya querido juzgar y pedir responsabilidades jamás a los suyos, sino solo a los contrarios. Esa es lisa y llanamente la justificación del Mal.”

Pues Andrés Trapiello (Manzaneda de Torio (León) 1953) escritor de Diarios y de Las armas y las letras, lo consigue siendo con esta novela magnifico cronista literario desde ese balcón de su tercera España que procura desde sus propias palabras encontrar nuevas voces:

Hemos sido víctimas de la propaganda, de aquellos que creían que lo que había que decir sobre la guerra ya lo habían dicho Giménez Caballero, Ridruejo o Alberti. A medida que el tiempo pasa esas voces se apagan y distinguimos en ese silencio voces nuevas.”

Y siguiendo con el autor nos cuenta la esencia de su libro y dice que la novela es la historia “de un padre y un hijo a propósito de la verdad. El hijo sospecha cosas que el padre no ha contado bien y eso mina la valoración intelectual o moral que tiene de su padre pero no el afecto”

Pepe Pestaña es un catedrático de historia que vuelve a su León del que huyó para poner distancia con su padre. Causalmente descubre que este le oculta su guerra y nace la polémica entre ser hijo o ser historiador dejando que suceda la verdad desenterrando los hechos históricos o dejarlos correr.
La ambición y el afán de notoriedad de una compañera de Universidad y su propia ética lo acorralan. Todos los personajes se cruzan. Graciano, quiere saber donde está enterrado su padre desde el día que fue asesinado, delante de él, por un reten falangista del que formaba parte el padre Pepe Pestaña. Raquel la amante de Pepe, mujer sincera, que necesita amar y ser amada. Marivi necesita notoriedad y un prestigio que su intelecto no le da. La madre de Pepe necesita a su hijo. El padre de Pestaña necesita olvidar. Ambiciones, mentiras y verdades a medias, muchas veces llevados a la búsqueda de esa verdad según le venga bien a cada protagonista.
Capítulos cortos en forma de monologo ayudan a cruzar la novela despacio para saborear la buena literatura y deprisa porque hay mucho que disfrutar de la historia.
Trapiello ha escrito una novela necesaria. Pepe Pestaña nos anuncia que no va escribir un libro de historia y cervantinamente leemos: que ha escrito una novela que se llama Ayer no más afirmando “para conocer lo que sucedió no sirve la Historia, solo la novela puede hacer algo por la verdad”, y su publicación provoca el escándalo en León.
La tercera España que Chaves Nogales o Clara Campoamor representan para el autor la constante búsqueda de la oportunidad de sentarnos para decirnos que el levantamiento del 18 de julio fue un golpe contra un gobierno legítimo pero que no todos los malos o todos los buenos estaban en un bando.

jueves, enero 03, 2013

JACQUES EL FATALISTA de Denis Diderot









Titulo: JACQUES EL FATALISTA
Autor: Denis Diderot
Traductor: Félix de Azua
Editorial: Alfaguara
ISBN: 84-204-4189-9
Páginas: 342

“¿Cómo se conocieron? Por casualidad, como todo el mundo ¿Cómo se llamaban? ¿De dónde venían? Del lugar más cercano ¿A dónde iban? ¿Sabemos a caso dónde vamos? ¿Qué decían? El amo no decía nada; y Jacques decía que su capitán decía que todo cuanto de bueno y malo nos acontece aquí abajo, escrito estaba allí arriba.”
Así comienza esta asombrosa novela: divertida, amena, innovadora y llena de ironía que Félix de Azua con una traducción muy buena apoya la lectura con notas que nos sitúan para comprender el contexto y los personajes a los cuales Diderot el coautor e impulsor de la Enciclopedia, nos presenta llenos de vida.
¿Por qué el apodo de El Fatalista?, un dialogo en la página 20, entre los protagonistas, nos lo aclara un poco más si el primer párrafo no es suficiente:

“EL AMO.- Y si quieres ganar tiempo, ¿por qué vamos al paso que vamos?

JACQUES.- Lo que sucede es que, como ignoramos lo que está escrito allí arriba, no sabemos ni lo que queremos ni lo que hacemos, y por eso obedecemos a lo que nos dice esa fantasía a la que llaman razón, la cual, las más de las veces, no es otra cosa que una peligrosa ilusión que a veces acaba bien y a veces acaba mal”

La novela es un icono de la literatura francesa fue escrita por Denis Diderot (1713 – 1784) la figura representativa de la Ilustración europea y representante de ese movimiento donde la libertad de pensamiento era el paradigma del ser humano.
Esta novela relata un entretenido viaje de Jacques un ex soldado que viaja acompañando a su indolente amo por la Francia pre revolucionaria, es un viaje a ninguna parte donde los personajes principales: el sirviente, un ser lleno de sabiduría popular, irónico e irreverente comenta sus amores y expresando su opinión sobre el acontecer de su tiempo y el comportamiento de sus semejantes sin ningún límite. El amo: caballero de escaso valor, de talante afable mientras se cumpla su voluntad, dado al poco esfuerzo y que viaja queriendo ser entretenido por su sirviente, al que reclama el relato de sus amores, cien veces interrumpido por la acciones picaras y las reflexiones satíricas de Jacques. Y el otro gran personaje: el autor-narrador que mantiene un dialogo, con nosotros los lectores, dándonos las pautas y los secretos, que como espectador privilegiado puede observar en directo sobre las aventuras y desventuras de nuestros protagonistas.
Como podemos deducir la influencia del Quijote es total: un estructura de dialogo entre ambos mientras viajan sin destino definido y un nutrido viaje de aventuras e historias paralelas, que enriquecen y hacen más entretenido, si cabe, el relato. La influencia, de Cervantes en Diderot es directa y pero también transversal por que Tristam Shandy (1749) de Laurence Sterne, por el que el autor reconoce admiración, a su vez, también se reconoce admirador y heredero de Miguel de Cervantes y su novela Tristam está preñada de referencias textuales y nominales al Quijote.
Diderot entrelaza el genio de Alonso Quijano con el de Sancho y construye el perfil literario de Jacques el Fatalista.
El dinamismo de las historias hacen muy agradable y divertida la lectura y se ha de estar atento a esas reflexiones que hacen que sin querer sepamos como sucede la vida y el quehacer de las seres durante el tiempo en el que fue escrita entre 1765 y 1780. La toma de la Bastilla fue el 14 de julio de 1789 cinco años antes había muerto Denis Diderot.

Un clásico y un placer, insisto, muy bien traducida y documentada.

Hace unos días murió, con la dignidad con la que vivió mi admirado MIGUEL BARCALA CANDEL, Ingeniero Naval, poeta, novelista y sobre todo amigo, desde aquí le recuerdo con mucho cariño.