jueves, octubre 25, 2012

PATATAS A LA RIOJANA
















Como plato único para cuatro personas, entre tanto pongo un par de quesos para hacer la espera, de dejar reposar el guiso, más corta  y así catar el vino que uno no sabe al abrir la botella con que se  va a encontrar.

Ingredientes: 1kg de patatas, 300 gramos de chorizo riojano la mitad picante y la mitad dulce, 1 cebolla grande, 2 dientes de ajo , 2 pimientos choriceros, aceite de oliva y sal.


Los pimientos los dejo en agua caliente media hora para que se pongan carnosos (también los hay envasados), pico la cebolla fina para sofreír en un chorro de aceite en la cacerola que voy a utilizar para el guiso a fuego suave quince minutos. Cuezo los chorizos para que pierdan la grasa unos ocho minutos. Pelo las patatas y las parto  con la mano, no he dicho cortar, he dicho romper, pinchándolas con tenedor es fácil, en trozos medianos. Según la tradición, y lo podeis comprobar  que así es, el caldo se hace más gordo.
Cortar el chorizo escurrido en trozos, al gusto, añadiéndolos a la  cebolla con los dientes de ajo sin pelar, los pimientos pelados y las patatas, rehogarlo todo durante dos o tres minutos. Lleno de agua  hasta que cubran las patatas, salar, doy un fuego fuerte hasta hervir y lo  bajo  hasta fuego suave, con la tapa a medio poner, para que respire el vapor, durante más o menos media hora hasta que las patatas estén bien hechas. El caldo ha de estar espeso y como hay que mover la cacerola de vez en cuando,  suelo, si no  está a mi gusto, aplastar una patata.
Estoy  pendiente de que no queden secas poniendoles agua, porque depende del origen o si las patatas llevan mucho recogidas.
Dejamos reposar 10 minutos y a comer cuatro personas. ¡Oh! Casi se me olvida que algunas veces le pongo una hoja de laurel, y  acompañadas de un vino de rioja roble, es  fantástico para acompañar  el guiso.
La misma receta con las costillas es formidable teniendo en cuenta que la carne esta desnuda y hay que darle una vuelta más en el aceite para sellarlas y no hace falta cocerlas para sacarle la grasa.


ONCE RELATOS SOBRE LA VERDAD EN LOS TRIBUNALES


CRÍMENES




Autor: Schirach, Ferdinand von

Traducción: Juan de Sola

Editorial :Salamandra

ISBN:978-84-9838-389-8

Núm. pags.: 192

“En un juicio nadie sabe la verdad, porque no estuvo presente. Debemos reconstruirla con testigos, huellas dactilares, pruebas de ADN… pero no se llega más que a un acercamiento. He visto a muchas personas confesarme un crimen sin haberlo cometido o mentir a su favor porque les parecía más fácil que esperar que les creyesen. La verdad que hay detrás de la sentencia de un tribunal opera bajo los mismos mecanismos que la verdad literaria. La guerra reflejada por Tolstói en Guerra y paz es tan verdad como la guerra que aconteció en el campo de batalla”.
Con estas palabras, contundentes, concluye una entrevista del autor de este libro de relatos, once, seleccionados de sus más de setecientos casos como abogado penalista.
Esta ha sido la primera obra literaria de Ferdinand von Schirach, esta serie de relatos basados en la experiencia profesional como prestigioso abogado fue la revelación editorial y uno de los mayores éxitos de los últimos años en su país.
Además de obtener el prestigioso Premio Kleist, Crímenes mereció un torrente de elogiosos comentarios de la crítica y ocupó durante casi un año las listas de libros más vendidos. Su gran acierto es convertir un caso penal con sus numerosas carpetas y legajos que soportan la historia en un relato en lenguaje sobrio y conciso pero con la emoción narrativa de un caso policial.
La búsqueda de la verdad judicial subraya la atención que Schirach fija en los crímenes cometidos por individuos corrientes, dejando que los hechos expongan la realidad con toda su crudeza. Matiza esa verdad que persigue mostrarnos con las pinceladas personales de los protagonistas al situarlos en su entorno y como toman las decisiones que les encaminan a cometer los actos por los que son juzgados.
Crímenes es un libro original que plantea el fascinante tema de la verdad en los procesos criminales y reflexiona sobre el sentido del castigo, pero, por encima de todo, nos habla con proximidad del ser humano, de su miseria y también de su grandeza.
La grandeza y la miseria del ser humano filtrada por la mirada de un abogado lleno de sabiduría y tesón para alcanzar su objetivo: ayudar a sus defendidos y mostrar al tribunal su caso del modo más favorable posible.
De las once historias, muy cinematográficas, generosamente contadas, la que me sedujo por cómo el autor presenta la ingenuidad, el amor y las decisiones tomadas desde estos sentimientos, como la verdadera causa del acto a juzgar, se llama Suerte y es la historia de una mujer que ha de prostituirse para salvar su vida que recupera a un hombre que se había olvidado de sí mismo y este comete un acto atroz – heroico para ayudarla.