viernes, abril 30, 2010

DUBLINESCA - DONDE SE REFUGIAN LOS LIBROS


¿Los libros son nuestro refugio?
¿Los libros son nuestro lugar para escondernos?
¿Inventamos libros para ser nosotros?
¿Compramos libros para no perdernos?
Cuando se acaban los libros, nuestros libros, ¿a dónde vamos?
Los libros son la vida de los otros que nos pasa, que nos cruza. Caminamos paisajes extraordinarios, dormimos con los sueños de otros, hablamos con palabras de otros, y de pronto surge la chispa e inventamos nuestras propias historias y con notas a pie de página donde hacemos referencia obligada a esos autores que nos han dado pie para crear, para crearnos.
Y como espejos enfrentados, las referencias llegan hasta el infinito o hasta la que se considera la primera historia escrita, la Epopeya de Gilgamesh hace 4.000 años: El rey sumerio, en su lamento, por la muerte del amigo en la busqueda de la gloria, le hace reflexionar sobre lo efímero de esta y decide emprender la búsqueda de la inmortalidad.
Vila – Matas, autor que hace referencias, casi en cada página que escribe a otros autores y se transfigura en otros escritores a los que también cita, por lo que su capacidad de retroalimentar su literatura es infinita como los espejos enfrentados, quiere romper la lanza de don Quijote en la realidad de la industria del libro y en la perdida de la literatura con sentido de la responsabilidad, tanto del autor, del editor y del lector.
Esta novela nace de un sueño, que tiene Vila - Matas en la cama del hospital, en donde visita Dublín y recorre sus calles, sus pubs y le suceden cosas que tiene necesidad de contar. Y nace Dublinesca, que es la historia de un editor, Samuel Riba, que se enfrenta con su nueva vida, la jubilación forzada por el cierre de su editorial. Añora ese mundo, el poder discreto que representa. Lugar común de vanidades, de egoísmos y crueles medias verdades. Y siempre buscando el autor genial que supere todas las expectativas. Su catálogo de autores publicados es una institución de culto, pero él, ahora, anda perdido y enganchado a internet, a lo efímero.
A Riba, ya no lo busca nadie, únicamente, ciertos incondicionales tan perdidos como él, lo llaman. Rutinariamente visita a sus padres cada miércoles en la que les contaba sus viajes, su vida de éxito y ahora que se ha quedado desnudo de su catálogo, en la vieja casa paterna se reencuentra con sus fantasmas y desesperado se refugia en el Ulises de Joyce. Donde sino iba a refugiarlo el autor.
Para asilarse en Joyce, se inventa celebrar la muerte del libro, de los editores literarios, de las librerías de autor, y cita a sus amigos, a los pocos que todavía le son fieles, a la celebración del Bloomsday en Dublín el 16 de junio (el día en la vida de Bloom que hace de vehículo, a Joyce, para escribir Ulises)
Riba se encuentra en Dublín con sus escritores, y sus fantasmas.
Vila – Matas, ha nacido de nuevo, fue hospitalizado por una insuficiencia renal, y que supongo consecuencia de su afán desmedido de vivir, lo tuvo pendiente de su funeral. Se cambió de editorial, dejó Anagrama, donde había nacido como escritor de la mano del editor Jorge Herralde ( ¿será Riba?) y se pone en manos de Seix Barral, una empresa del grupo Planeta. Desde el infierno reclama agua. Cambios fundamentales y nueva novela, con un estilo más cercano, muy biográfico, de él y de su mundo.
Me ha gustado su libro, es un placer leer a este maestro, citas, reflexiones sobre autores consagrados, reflexiones sobre cine, sobre música, sobre la sociedad de cartón piedra que vivimos y sobretodo sobre él mismo. Dejar de beber, buscar un desconocido, ese individuo que se perdió en la construcción del catálogo de los libros que van a durar una vida, o sustituir una vida.

Añorar el amigo perdido y buscar la inmortalidad es el camino para Gilgamesh, yo soy menos ambicioso y solo caminé en bici el último fin de semana hasta León, crucé amaneceres y compartí con mi amigo Javier, uno de los últimos gigantes, los campos de Castilla, la lealtad de gentes que tenían bondad, generosidad y compañía. En Alcazaren, conocimos a Pepín con sus poderosas hamburguesas. En Medina de Rioseco, la ciudad de los Almirantes de Castilla , nos refugiamos en la belleza de sus soportales, tabernas y monumentos caminantes, hasta que nos acogimos a sagrado con Sor Piedad, bondadosa cancerbera del descanso ansiado en el convento de la Clarisas.
Caímos sobre la Pulcra León después de atravesar la serpiente asfáltica rompe piernas, que gracias a la fuerza de Javier y a la sombra de águilas y cigüeñas no hinqué la rodilla, pues su silbido sinuoso me demandaba rendición. Todo lo que sufrí se compensó al refugiarnos en la bendita casa de Virginia y Goyo que nos recibieron como a héroes, con ducha y cena poderosa que supimos honrar como pudimos, pues entre los regalos, también nos dieron el pasaporte para “El Húmedo”, espacio amurallado donde se esconden la morcilla de la Bicha y sus vinos legendarios, que saciaron el hambre y sed infinitas que cruzar Castilla hasta la Pulcra, se había apoderado de nosotros.
Y ahora Javier, el último gigante, estará caminando despacito a través del Pórtico de la Gloria con Maite a su lado, bendecidos de amor y lealtad.