lunes, julio 23, 2012

BERLIN ANTES, DURANTE Y DESPUÉS DE LA DICTADURA NAZI






DIARIO DE BERLIN 1936-1941;
REGRESO A BERLIN 1945-1947
Autor: William Shirer
Traductor: Francisco J. Calzada Jimenez
Editorial : Debolsillo 2011
ISBN: 9788464020703

William Shirer (Chicago,1904 – 1993) el autor de este excepcional retrato de la realidad alemana durante el periodo 1934 - 1941, se pronuncia de este modo sobre los alemanes:

“Tras tantos años que llevo de vivir mezclado con ellos, estoy profundamente convencido de que el alemán es incapaz de organizar Europa. Su falta de equilibrio, su sadismo provocador cuando está en lo alto, su incapacidad constitucional para entender mínimamente lo que pasa por las mentes y corazones de otros pueblos, su creencia instintiva en que las relaciones entre dos pueblos sólo pueden fundarse en la relación amo-esclavo y jamás sobre la igualdad del vive y deja vivir… todas esas características del alemán lo hacen, a él y a su nación, inepto para obtener el liderazgo en Europa con el que siempre ha soñado, y garantizan que, por mucho que lo intente, a la larga fracasará”

Shirer, en 1934, inicia su diario en Lloret de Mar donde pasa un año sabático con su mujer Teresa y que le permite conocer nuestro país y descansar. En 1932 Hitler había ganado las elecciones alemanas y era el nuevo Canciller, el autor tenía mucho interés por conseguir una corresponsalía en Berlín, porque tenía la intuición que desde esa ciudad se iban a protagonizar todas las noticias relevantes para Europa en años siguientes. Después de vivir en Paris como corresponsal, desplazándose por Europa para informar a los norteamericanos de lo que está sucediendo, consigue llegar a Berlín. No fue fácil, pues no hay que olvidar que EEUU estaba en plena recesión con la crisis de 1929 y los periódicos cerraban corresponsalías para reducir gastos.
Ed Murrow, el hombre que cambió la forma de hacer periodismo en la radio y TV le ofreció ser corresponsal de radio en Berlín para la CBS y desde esa ciudad desplazándose por Europa, narró, al principio con más libertad y después sorteando la censura del gobierno nazi lo que estaba sucediendo en el corazón del III Reich.
Murrow y Shirer innovaron o mejor crearon la forma de hacer radio y que actualmente se ha multiplicado hasta vivir inundados de información que no somos capaces de procesar.
El periodista permanece fiel a sus diarios y notas que consiguió ocultar a la censura y a la Gestapo, conservando su versión de lo que estaba ocurriendo en Europa, opinando y comentando con una mordacidad exquisita a veces y demoledora otras los hechos y retratando a los personajes protagonistas de la historia en esos años: Hitler, Chamberlain, Mussolini, Goebbels, Goering, Himmler, Hess y tantos otros. Son retratados no solo en sus acciones públicas y políticas sino en sus gestos, en los comentarios recogidos directamente de los protagonistas o de los colaboradores a los que el autor tenía acceso como un corresponsal bien introducido en los entramados políticos alemanes y la visión general de un periodista, que ha reflexionado sobre la historia de Europa y que prevé las consecuencias lo que está sucediendo en Alemania y  con este bagaje se adelanta en sus comentarios y crónicas a los hechos.
Entre estos hechos, relata,  la derrota y la humillación de Francia por los alemanes así como el curso de lo que se ha llamado la Batalla de Inglaterra (la lucha por el espacio aéreo en el Canal de la Mancha) son tenidas por las mejores crónicas periodísticas sobre la Segunda Guerra.
Los análisis del desarrollo de la guerra, las posibilidades de ambos bandos, el orden establecido en los territorios ocupados y las consecuencias para los pueblos ocupados y para los ocupantes es de gran lucidez y solo por estas páginas merece la pena leerlo.
Vivir, y lo digo como lector, tanto los entresijos personales de los protagonistas, como las grandes acciones de la vida y la guerra en esa Europa de 1934 a 1941 es magnífico. En el libro hay muchos ejemplos pero hay dos muy interesantes, el primero por la capacidad observación , sucede durante todo el libro, es la secuencia a modo de álbum, de la expresión de los alemanes reflejada en sus caras y en la forma de estar en la calle según van avanzando los acontecimientos, como cambian, desde la euforia rayando el histerismo a pasar a la resignación y la extrema preocupación y en segundo lugar, por la crónica personal del diario, el relato de las cosas que le pasan a él y las que pasan a su alrededor, en su entorno más próximo, las opiniones de sus compañeros periodistas, las visitas a su mujer y su hija en Ginebra o la visita a Holanda antes de llegar los alemanes donde disfruta de una buena juerga porque puede comer y beber sin estar sometido al racionamiento que hay en Berlín, sin olvidarse opinar sobre la actitud excesivamente tranquila que ve en los holandeses y en su reina para lo que está sucediendo o mejor cociendo al otro lado de la frontera con Alemania.
En la caja que he comprado este libro viene acompañado de otro libro que se llama Regreso a Berlín donde William Shirer, regresa a Alemania de donde fue expulsado en 1941 y cuenta lo que sucede en la postguerra, no lo he leído y espero comentarlo pronto aunque lo alternaré con alguna novela, entremedias.
Este es un buen paquete para el verano, dos libros de bolsillo que merece la pena leer para conocer como sucedió la Historia y sus protagonistas que la llevaron a cabo y los que la contaron. El lado humano del esplendor de Alemania y su caída está relatado con maestría.