jueves, enero 17, 2008

LA CARRETERA HACIA EL SUR CALIENTE

LA CARRETERA, BAJA HACIA EL SUR, LLEVANDO EL FUEGO.



Autor: Cormac Mccarthy
Traductor:
Editorial: Mondadori
ISBN: 978-84-397-2077-5
Año: 2007
Paginas: 224
Precio: 18,90

Estamos viajando siempre, buscando sin tiempo de descanso, cubriéndonos de kilómetros, paisajes y gentes. Las relaciones con los nuestros están enmarcadas en ese viaje, lo andamos y desandamos diariamente. Si alimentamos los lazos, perdurar es fácil en ese caminar, cobijados en cariño y fuerza interior, que nos dan las respuestas a las incógnitas planteadas en cada encrucijada.
La relación entre padres e hijos ha llenado de páginas las estanterías y posiblemente las seguirá llenando.
En esta novela, Cormac Mccarthy, nos cuenta la hazaña que supone, cada instante en la vida y la imposibilidad de relajación de los “buenos”, que han de conseguir el objetivo de sobrevivir y llevar “el fuego”. El autor no esta hablando de vivir, sino de caminar por una jungla glacial y gris sosteniéndose por la esperanza de recibir el sol.
Los sueños, donde el mundo es más fácil, están descartados porque admitir la trasgresión de la realidad reproduce automáticamente la destrucción.
Cormac Mccarthy, nació en 1933 en Rhode Island, (EEUU) y creció en Knoxville, Tennessee.
Harold Bloom, lo considera “digno discípulo de Faulkner y Melville” por su novela “Meridiano de sangre”. “Creo que ningún otro novelista estadounidense vivo nos a ha dado un libro tan duro y memorable”, en palabras del crítico.
Considero que esta novela, La carretera, esta a la altura de aquella.
Es una persona que se podría calificar de difícil, por que no sigue los parámetros actuales de promoción de ventas, donde los escritores, los directores de cine y los músicos, hacen largos paseos de ciudad en ciudad, de micrófono a micrófono, contando lo que cuentan en sus obras y promocionándolas. Curiosamente, esta actitud huraña de algunos escritores, aumenta su leyenda, de seres malditos e invisibles, liderados por Salinger (autor del “El guardián entre el centeno”), que gana juicios sobre aquellos que intentan liberarlo de su intimidad.
¿Estamos llevados por la leyenda? Cormac apareció en una única entrevista de televisión (después de años), para hablar de esta novela y muchos de sus seguidores se sintieron decepcionados, por que se había vendido.
Con esta novela, Cormac Mccarthy, me ha dado fuerte, la novela se sujeta con la relación entre padre e hijo en un mundo inhóspito, un lugar salvaje vertebrado por una carretera, por donde caminan hacia el sur, empujando un carrito de supermercado en el que guardan su supervivencia. El mundo se ha acabado y no existen otras posibilidades que las de caminar, buscar comida y esconderse. Los otros habitantes que pueblan la carretera, o son seres perdidos o seres tribales que llevan su reserva de alimentos humanos empujando los vehículos en los cuales van encaramados.
El padre vive en su hijo la lucha atroz y despiadada por conseguir de él, un ser humano capaz de sobrevivir por si mismo, sin que se deshaga en la ceniza que lo envuelve.
¿Es una síntesis esperpéntica de nuestra sociedad, desanclada de amor y color, la que figura en la novela? ¿Hay que ser despiadado en la exposición del camino a seguir, para que el hijo descubra la fortaleza para llegar?
Por otra parte, el autor desvela en unos diálogos dignos de Samuel Bekett, la ternura infinita de una persona por transmitir la confianza integra en el ser humano a pesar de las atrocidades circundantes, así como el sacrificio permanente por no desfallecer y dejarse invadir por sueños imposibles, volviendo a la carretera, una y otra vez.
¡La carretera es la vida y la muerte!
Mccarthy nos describe el ímpetu severo y continuo del padre y a su vez la delicadeza en cada gesto y la determinación marcada por el amor al hijo que ha de llevar hasta el final, a pesar de la desesperanza.
El sacrificio y la lucha del padre por mantener la entereza, en términos físicos y síquicos, del hijo, es descrito con frases cortas y determinantes. Diálogos sin la grafica académica, pensamientos transcritos como coloquios internos, intensos, potentes, no desperdicia ninguna palabra. Brochazos secos que se van perfilando una y otra vez hasta hacerlos literatura.
Estamos ante una novela llena de segundas lecturas, el paisaje muerto y quieto, el silencio, el frío, la ausencia de vida, el penoso caminar de dos seres humanos unidos en toda su dimensión y el mundo salvaje de otros seres que siendo humanos, no lo son. ¿Qué paralelismos encontramos?
Sorprendente.
La novela me ha llenado de hermoso estupor, las descripciones de los paisajes rendidos a la muerte, la lluvia, el frío sin fin y las conversaciones llenas de silencios y ternura, en fin, que le agradezco mucho al autor este bello y angustioso “viaje” literario.
El libro esta dedicado al hijo del autor.
Esta conversación nos cuenta de esa unión:
Y después de un rato a oscuras: ¿Puedo preguntarte algo? (dice el hijo)Sí. Claro que puedes.¿Qué harías si yo muriera?Si tú murieras, yo querría morir también.¿Así que estarías conmigo?Sí. Estaría contigo.Ok.

La novela es dura y se la recomiendo encarecidamente sin mas.
Esta novela es para paladares fuertes.
Esta novela se ha de saborear con un bourbon con una mezcla de hielos, picado y en cubitos.

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