Premio Goncourt 2013
Traducción: J. A. Soriano Marco.
Editorial: Salamandra.
443 páginas.
"Todos
los que pensaban que aquella guerra acabaría pronto habían muerto hacía mucho
tiempo. Precisamente a causa de la guerra".
Hacía mucho tiempo que no
traía un premio Goncourt a estas páginas
y realmente estoy contento de haberme fijado en esta novela porque he disfrutado. No quería dejar para el final mi opinión que en los
siguientes párrafos voy argumentar.
La novela tiene varios
secretos, es una novela de aventuras e intriga, tiene siete personajes
importantes muy bien definidos con todos los matices perfectamente dibujados,
los hay buenos, los hay crueles, lo hay
excelsos cínicos y personajes excéntricos que hacen que la trama fluya con
facilidad, son esos personajes clave que resuelven. Pero sigamos con los
secretos, hay humor, hay ternura, hay amor, hay egoísmo, hay miedo, hay pérdida
de referencias, hay solidaridad, hay picaresca y cien páginas finales que
impiden dejar el libro.
Los personajes principales
Albert Maillard de origen humilde y
carácter pusilánime y Edouard Péricourt de familia adinerada y
superdotado para el dibujo y las artes, camaradas de trincheras de la I Guerra
Mundial que los últimos días de la contienda se cruzan con la ambición sin límites
del teniente d’Aulnay – Pradelle,
aristócrata venido a menos que quiere el prestigio que pueda conseguir de las últimas acciones de la guerra para
recuperar la antigua fama y fortuna de sus antepasados.
La lectura deja sin duda un
panorama de lo que fue la Gran Guerra y las consecuencias nefastas para la soldados que
venían como vencedores y gloriosas para los sátrapas que aprovechaban los muertos como andamios para trepar en una
sociedad de postguerra.
La trama se desliza
sobre personajes como Albert y Edouard que están unidos por una amistad que solo
puede ser deudora de la hazañas tanto felices como terribles de la guerra y que
acosados por un personaje que recuerda a los malvados de las películas
infantiles, buscan intervenir, en su
beneficio, en el gran juego de los que
se aprovechan del homenaje a los muertos para lucrarse o para
ponderarse.
La novela de Pierre Lamaitre
(Paris 1951) incorpora desde su inicio
las cámaras y las luces de los estudios de cine, pues el ritmo es propicio para
hacer una buena película que manteniendo como base la aventura y la intriga,
haga un reconocimiento de las desventuras que los menos favorecidos, tanto de los
que quedaron vivos o como los que murieron, ambos manejados
como fichas de cartón.
Como ultimo secreto, les
comentaré que el autor escribe novela policiaca
reconocida en Francia.
El éxito de público y crítica de
esta novela considero que se ha debido a combinar la emoción y el relato policial con personajes bien
dibujados, que crecen con la trama y con los que nos identificamos rápidamente.
El comentario del autor al haber
sido premiado:
“Soy la encarnación de que la suerte existe. Salgo de la nada y, después
de varias décadas enseñando literatura a bibliotecarios, me convertí en
escritor a los 50 y ahora me traducen a 30 idiomas”
Durante las vacaciones he probado deliciosas paellas, pero la
sorpresa ha sido la ensalada de capellanes, un pescado que en el mediterráneo
se prepara en salazón (pescado seco).
La receta es muy sencilla, troceamos los tomates, los más sabrosos, añadimos cebolla muy fina salándose al gusto, no olvidar que el pescado seco está salado. El capellán seco se tuesta en una parrilla o directamente al fuego, esperamos que temple, se desmiga añadiéndolo a los otros ingredientes. Lo regamos con aceite virgen extra por encima y se mueve de abajo arriba. Podemos añadir aceitunas negras secas. Esperar unos minutos y a disfrutar de una vieja receta de pescadores. No olviden un vino tinto de jumilla o yecla para acompañar.
La receta es muy sencilla, troceamos los tomates, los más sabrosos, añadimos cebolla muy fina salándose al gusto, no olvidar que el pescado seco está salado. El capellán seco se tuesta en una parrilla o directamente al fuego, esperamos que temple, se desmiga añadiéndolo a los otros ingredientes. Lo regamos con aceite virgen extra por encima y se mueve de abajo arriba. Podemos añadir aceitunas negras secas. Esperar unos minutos y a disfrutar de una vieja receta de pescadores. No olviden un vino tinto de jumilla o yecla para acompañar.