martes, febrero 25, 2014

EL POETA DE LA REVOLUCIÓN RUSA VLADIMIR MAIAKOVSKI POR JUAN BONILLA











Juan Bonilla con “Prohibido entrar sin pantalones”  quiere  darnos a conocer a un mito, y para conseguirlo,  mantiene una larga  conversación con Vladimir Maiakovski.

¿Conversar con   un poeta  es  leer sus versos? 
¿Conocer a un poeta es  leer sus versos?
Maiakovski,  supera con su concepción de la poesía las intuiciones de conocer o conversar y el autor nos traduce al hombre, al amante, al peterpan que quiere romper los moldes de un pueblo esclavizado con sus versos  como  cañones.
¿Cómo se recorren los 36 años de  vida de un poeta inmenso?  
¿Cómo se recorre la vida del  poeta de la Revolución Rusa?
¿Cómo se recorre la vida del poeta que fundó y puso  a disposición de la Revolución la primera agencia de Publicidad, desde donde creció la vanguardia?
¿Cómo se recorre la vida del poeta  que hizo poesía redactando   la lista de  los artistas buenos y malos para  que Trosky  eligiera a los que debían dirigir la política cultural de la revolución o  fueran a parar a sus checas?
¿Cómo se recorre la vida del poeta que truena contra la monarquía por las aldeas de Rusia?
¿Cómo se recorre la vida del poeta que comprende   que el cine es un medio fundamental  de poesía    para llegar al pueblo y extender la revolución?
¿Cómo se recorre la vida del poeta que percibe que los zares han sido cambiados por los secretarios del partido y que la aristocracia y la burguesía han sido cambiadas por los burócratas?
¿Cómo se recorre la vida del poeta  de la Revolución al que le suspenden la representación de  su obra teatral “Misterio bufo (1918)”  “porque los obreros no la van a entender” y cuando vuelve a representarse en 1921  en contra de las presiones de los intelectuales del partido comunista,  los obreros la aclaman?
¿Cómo se conoce  la vida del poeta que hace poesía  con la bala que le atravesará el corazón?
 Aquí en está en  el prologo de uno  de sus más conocidos poemas:

LA FLAUTA ESPINAZO

Por todas
las que me gustaron o me gustan,
guardadas como imagen  en la cueva del alma,
igual que la copa de vino en un brindis,
alzaré mi cráneo colmado de versos
.


Pienso más y más
si no sería mejor poner
un punto con bala a mi final.
Hoy,
por si acaso,
doy un concierto de despedida.

¡Memoria!
Junta en la sala de la frente
en  turnos incontables, mis amores.
Trasiega la risa de un ojo a otro,
adorna la noche con sartas de pasadas bodas.
Que nadie olvide esta noche:
hoy tocaré la flauta
en mi propio espinazo.



Juan Bonilla (Jerez de la Frontera, 1966) recrea la vida de Vladimir Maiakovski con todos los matices posibles y con un conocimiento apasionado de su poesía, teatro,  cine, de la obra grafica - los carteles  de la revolución- y de  las intervenciones poéticas, desgrana, cada paso de su intensa vida, utilizando la ficción y la  historia para darle cuerpo a esta buena  novela.
Bonilla es un autor complejo que quiere reivindicar  a un poeta  del que ha bebido su energía y se siente heredero del mismo   abandono  que sintió Maiakovski al final de su vida cuando se dio cuenta que para la elite soviética el futuro socialista solo estaba en la propaganda.
Quizá en algunos capítulos  sea demasiado prolijo, pero merece la pena tener paciencia porque hay magnificas páginas.
Por ejemplo, Bonilla, con maestría,  va tintando en cada  capítulo de  la vida del poeta, las interferencias  intelectuales y afectivas de  Lily Brik y su marido Osip  pues comparten su vida con el poeta de la Revolución,  la primera como musa,  celosa amante  y consejera  y el segundo, consentidor de la relación, como animador/admirador del poeta leyendo sus borradores y haciéndole de editor.
Maiakovski convierte la Revolución en poesía  con sus  poemas de canto a Lenin, con  sus carteles,  su teatro y  su presencia rotunda,   anunciando, en todos los escenarios,  al Hombre nuevo que camina hacia el Futuro socialista.
Maiakoski era ante todo un poeta futurista  y que defendió enredándose a  puñetazos con los simbolistas y acmeístas. Su concepción del arte era partir de cero y utilizar este para movilizar al pueblo a la acción en contra de todo lo que supusiera una mirada atrás. Con sus poemas de versos violentos y plásticos creaba un nuevo lenguaje poético que influyó en todos los  movimientos posteriores. Esto lo llevó a rechazar todo acomodo, a cualquier influencia. La estética debía renovarse, la vanguardia era él y su modo de concebir el arte.

Me arrancaré el alma,
la aplastaré
para ensancharla
y, sangrante, os la daré por bandera”

Ayudándose  de la correspondencia del poeta, de  sus escritos, de  las biografías oficiales y de los desairados comentarios críticos, en Pravda,  de los burócratas que habían ocupado todos los resortes del  poder, humedeciendo con sus orines  los logros de la Revolución, el autor,  nos construye una hermosa  semblanza de un artista innovador e influyente intelectual y que sus contemporáneos, no sé si en venganza o por admiración real lo elevaron a mito, algo contra lo que luchó hasta el final.
Bonilla, esplendido en su lenguaje, novela los poemas, escribe las películas y aborrece la tiranía de Lily Bric. Comprendemos, con su ayuda,  como un eterno adolescente se rebela de la  única manera que sabe: hacer poesía tomando  un revolver y  disparandose en el corazón;   ya, no puede seguir cumpliendo la misión torcida  que la burocracia soviética le  ha asignado, solo le queda llevar su alma al futuro.

“Jamás comprenderéis
por qué yo,
tranquilo,
entre un vendaval de burlas,
llevo en un plato el alma
al festín de los años futuros.
Por el carrillo rasposo de las calles,
resbalando como lágrima inútil,
yo,
quizá sea
el último poeta.”


Cuando se acerquen al libro recuerden que en la red está la poesía y la obra de Vladimir Maiakosky a su disposición,  compaginando ambos la lectura será más enriquecedora.

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