jueves, febrero 24, 2011

Un libro sobre la libertad de elegir

Autor: Chaim Potok

Editorial: Encuentros

Edición: 2008

Traductor: Horacio Gonzalez Trejo

Páginas: 319



Maria Trincado, dueña de la librería Ontanilla, me recomendó este libro, no tenía mucha fe con la línea editorial de Encuentros, pero al recomendármelo María me deje llevar por una librera que huye de las novelas de entrenamiento que están tan de moda actualmente, y busca literatura que tenga algo más que ser alternativa a la telebasura dominante. Me he quitado perjuicios y esto sin duda es un avance personal que he de agradecer a la literatura y a Maria Trincado.

La novela, en sí misma, es una lucha por mostrarnos que hay que derribar los muros que levantamos cada día para defender nuestra triste ignorancia. La tolerancia hacia lo diferente y el cultivo de nuestras creencias y cultura es compatible.

Chaim Potok (1929- 2002) Nueva York. El autor tiene una biografía densa. Hijo de judíos polacos que profesaban la corriente Jasídica, la madre pertenecía a la dinastía más importante de esta corriente, conceptualmente ultra ortodoxos, se licencia en literatura inglesa y también pasa por el seminario donde es ordenado rabino de la corriente Conservadora, más abierta que la corriente religiosa donde nació. Participó en la guerra de Corea (1955-1957), experiencia que le supuso un cambio personal profundo. Pintor, editor, novelista y rabino. Su novela “ Los elegidos” fue llevada al cine y me dejó un recuerdo perdurable.

La novela nos cuenta la historia de una familia judía neoyorquina jasídica, donde, Asher hijo único educado en el más estricto cumplimiento de los preceptos talmúdicos, tiene “un don”: dibuja maravillosamente. Y esto es un problema muy grave desde los preceptos religiosos que profesan, pues, cualquier expresión artística no es aceptada si no está al servicio de la fe.

Dalí, tenía ese don. Si observan su obra, El Cristo de San Juan de la Cruz podrán comprender la grandeza como dibujante del maestro Salvador Dalí. La perspectiva de la figura sobre la Bahía de Port Lligat es realmente sorprendente.

El ir y venir de su padre, que en nombre del rabino de la comunidad de Brooklyn, socorre a los correligionarios que están atrapados y perseguidos por el régimen soviético , ayudándoles a salir de Rusia y posteriormente ir construyendo comunidades y sinagogas de la corriente jasídica, que la Segunda Guerra Mundial destruyó, deja a Asher solo con su madre por largas temporadas con la ausencia dolorosa del padre. Las esperadas visitas del padre se ven entristecidas por los reproches hacia su don. Estos conflictos se reflejan en sus relaciones y sus estudios en la escuela talmúdica.

El dibujo para el padre es algo abominable y perverso que puede llevar a su hijo fuera de la fe. La madre desde el desgarro sentimental por el amor que profesa a su marido y su hijo intermedia entre ambos con una suerte de felicidad y fracaso por el resultado.

Al final el rabino como jefe de su padre y de la comunidad interviene para conducir el conflicto. Potok se representa y autobiografía doblemente: como el hijo que necesita expresarse libremente mediante el arte en conflicto con su padres y su fe y como el rabino sabio y compresivo de los deseos de los padres y el hijo.

Narrado en primera persona con una escritura inteligente y costumbrista, acercándonos a las formas de vida judías ortodoxas en un barrio de Nueva York ( todavía existe y se puede ver a esta comunidad en plena efervescencia vital), y con una escritura elegante, pues adentrarse en los sentimientos tan contrapuestos y sin duda sinceros de ambas partes es complejo, cuando se plantea mostrar la relación familiar sin buenos ni malos, aunque el lector tenga su preferido.

La novela ha sido una sorpresa agradable y satisfactoria. Comparable literariamente a los grandes escritores norteamericanos judíos Roth, Below, o Malamud.


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