miércoles, enero 27, 2010

EL CAIN DE SARAMAGO













Titulo: Caín
Autor: José Saramago

Traducción: Pilar del Rio
Editorial: Alfaguara
Edición: 2009
Paginas:189
ISBN: 978-84-204-0509-4

La Biblia forma parte de nuestros orígenes culturales occidentales, es el Libro sagrado de la religión cristiana y la discusión sobre la libertad de lectura o su libre interpretación provocó muchas muertes: Los ejércitos del rey español entraron en discusión sobre este asunto, con los que querían dejar claro que la Biblia podía ser leída sin una guía de lectura.
Los judíos llevan sufriendo por el mundo, con su libro debajo del brazo, desde siempre, algunos de ellos, los “caraitas”, como los protestantes, proponen la libre interpretación de la misma, pero, enseñan a sus correligionarios a investigar para que tengan mayor capacidad de juicio, el resto, en cambio, siguen a sus rabinos en la interpretación y las aportaciones que sobre el libro hacen.
Por otra parte, gentes tan sabias, están a librazos sangrientos con los vecinos, ya que estos tienen también su libro y quieren que el mundo o su mundo se guíe por él.
He leído la Biblia y la leo, me interesa por historia y por literatura, hay hermosas historias, muy bien trenzadas y muy bien escritas; yo creo que todos los que nos hemos educado en Europa hemos escuchado en la escuela o en nuestras casas referencias permanentes a este libro, porque forma parte de nuestra potente tradición cultural.
La Biblia ha servido de inspiración, para escritores, y desgraciadamente, también para tiranos y locos que quieren hacerlo cumplir al pie de la letra.

José Saramago (Azinhaga, Portugal 1922) Premio Nobel 1998, es habitante de Lanzarote. Su literatura es cercana a su modo noble y sincero de entender la vida, que llena de humor e ironía.

Saramago también se ha inspirado en la Biblia, que se empezó a recoger como tal en el 900 antes de nuestra era, que según mis cuentas es referencia, para lo bueno y lo malo, de una parte de la humanidad desde hace 3000 años.

El autor, con Caín como protagonista, recorre aquellos pasajes de la Biblia que le dan más furia, puesto que ese dios judío se comporta como celoso, traidor y mentiroso a semejanza de los dioses griegos que luchaban entre ellos usando a los humanos como piezas de ajedrez. Dios, según Saramago, disfruta, en permanente apuesta con Lucifer, utilizando a los hombres como caballos de carreras.
Leer al premio Nobel Saramago en estas lides, con una ortografía y sintaxis singular, me decepciona, aunque en sus comentarios, en la presentación en Lisboa de su libro, habló, que el trance del asunto lo impulsó a escribirlo en tres meses. Su figura, su sentido crítico con la sociedad del consumo desesperado y sus posturas personales hacia la sociedad gobernada por el interés, no debería dejarlo llevarse por tres meses de pasión.
Libro pulcro y fácil de leer, si no fuera por el apabullante experimento ortográfico y sintáctico, el libro no daría para más.
Buñuel llamó a ciertas películas que hizo en Méjico, “alimentarias”, bien hechas pero conscientemente intrascendentes. Me pregunto si Saramago es consciente o no.
La biblia ha inspirado mejores obras, donde por ejemplo, el Libro de Job es un ejemplo de belleza y composición.

Sigo releyendo Ulises de Joyce y no me arrepiento.

Las navidades han sido muy productivas en regalos de libros, estoy desbordado de posibilidades, les seguiré contando.Los fríos y las nieves me han llenado de gozo por la necesidad de agua y por la belleza, lo he celebrado muchas veces con un vino de rioja excepcional acompañado de quesos.

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