miércoles, febrero 01, 2012

SEÑALES QUE PRECEDERAN AL FIN DEL MUNDO


Autor: Yuri Herrera


Editorial: Periférica

ISBN:978-84-92865-06-2

Nº páginas: 119

En el Festival Hay de Cartagena de Indias, que está sucediendo estos días, entre los muchos actos hubo uno, en un hermoso teatro pegado a las murallas, que reunió ante 800 personas a Carlos Fuentes , Javier Moreno (director de El País), Sergio Ramírez (ex presidente de Nicaragua), Juan Manuel Santos (presidente de Colombia) y Alejandro Santos (periodista colombiano) y de las propuestas que se debatieron una de ellas fue la legalización de la droga en la que todos estuvieron de acuerdo y donde el presidente Santos contribuyo con una frase que me parece, acertada, pero cínica: “Esta solución es aceptable para Colombia, si el mundo entero la toma”. Otra, la que sale siempre, hacer énfasis en la educación, como vía de redención y la que me pareció, singular y la que causaría efectos inmediatos, fue la reclamación de Carlos Fuentes sobre la necesidad de respetar los derechos para los que están protagonizando las migraciones actuales.

Porque viene todo lo anterior, muy sencillo, Yuri Herrera 1970 de Actopan (Méjico) escritor que con una primera novela “Trabajos del Reino” se hizo dueño de una forma singular de contar historias , que le ha dado prestigio y premios, con una sintaxis y un lenguaje propios. En esta que traigo, nos embarca en un viaje desde un pueblo mejicano hasta cruzar al norte acompañando a Makina, su heroína en una historia de frontera, dura, áspera, a veces divertida e inquietante siempre , pero llena de belleza y ternura.

Si, belleza y ternura. Herrera no nos trae a los malos y los enfrenta a los buenos, la protagonista es la frontera y los sentimientos y trajines que las personas han de hacer para cumplir con los ritos a que ella los somete para traspasarla o vivir en ella. Los marginados abandonan su querido infierno para intentar pasar al otro lado al paraíso de los otros, y apiñados en la orilla desesperan buscando su Xólotl (perro gigante) que los ayude a pasar el rio grande. Pero Makina tiene su perro propio, Chucho, que la espera porque su pasaje u óbolo esta pagado con el paquete de miseria que lleva en el viaje para entregarlo al otro lado.

Makina, es la interprete de palabras que le permite facilitar el dialogo por la centralita que atiende en su pueblo, entre los que se fueron al norte y los que todavía no se han ido , sea en lengua antigua, sea en lengua “latina” bordada de palabras mestizas o en “gabacho” el idioma del norte; con ella y su mirada firme viajamos por los nueve pasos, los nueve capítulos del libro, los nueve lugares mitológicos que la cultura Mexica considera que toda alma común ha de seguir desde su muerte hasta conseguir la gloria, en busca del hermano, como le ha pedido su madre la Cora, y que fue a por la fortuna al paraíso de “concreto y varilla “ del norte.

El paso tiene bajas, desprecio y humillación . La mudanza al norte es drástica como una ducha de acido que corroe la memoria, los sentimientos y llena de olvido y nuevos dioses los huecos que deja. Por eso Makina se siente desollada cuando en el final de su viaje esta lista para iniciar su olvido.

Emocionante novela corta, con dos personajes centrales: la frontera y Makina, ambos envueltos en un lenguaje y sintaxis sorprendentes en el que las palabras mestizas se “jarchan”(salen) del papel para hacer más cercana y real la aventura. Ha habido pasos, capítulos, que he leído hasta tres veces, una suerte este descubrimiento mejicano, que llevaba retrasando sin querer. Méjico me está emocionando literaria e intelectualmente.

Compadezco a los que no siendo cazadores como yo les regalan caza, desplumar o desollar y eviscerar es un proceso que no es placentero pero pienso compensarme con el disfrute de la mejor perdiz en escabeche del mundo. Compraré un buen vinagre, aceite excelente tengo, un vino blanco de la Mancha, doraré dos perdices embridadas pasadas por harina previamente, y en una cacerola sobre la cama de una cebolla pochada, con una cabeza de ajos pasados por aceite comenzare a cocer las perdices en medio de vaso de vinagre, medio vaso de vino blanco manchego, acompañadas de una zanahoria en rodajas, una cucharada de pimienta negra en grano, dos granos de clavo, unos hilos de azafrán, cuatro hojas de laurel, sal y el agua necesaria para cubrirlas, esperaré una hora y cuarto (aprox.) a fuego medio y las dejaré reposar una noche y al día siguiente con el buen vino blanco frio daremos cuenta de ellas.

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