“Dícese de aquellos personajes que sin ser el héroe o la heroína, pero tampoco el confidente o el villano, son igualmente importantes para el desenlace de la trama. Dicha denominación comenzó a utilizarse en las antiguas compañías de teatro y de ópera para referirse al actor que encarnaba estos personajes”
Elsa, una amiga, que es una lectora voraz y perspicaz, me hablaba de las traducciones y la tiranía que sufren algunos autores al ser traducidos, coincidía con el grandísimo Javier Marías que en uno de sus sabrosos artículos dominicales, contaba, la lucha de los traductores con los editores y la poca relevancia (económica y literaria) que estos les dan a aquellos y por tanto, el sombrío resultado de algunos libros. Conforme me comentaba ella, había detectado en un libro de una editorial renombrada, que la primera parte del libro, “la empleada del hogar” es una “mucama” y en la segunda es la “asistenta” y en al tercera la “chica de la limpieza” ¿subastan, las editoriales, las paginas a traducir por internet?
La novela que traigo hoy es un prodigio de nitidez expresiva y sutileza, y por ello quiero saludar la labor de la traductora.
En cuanto a la edición, esta cuidada, en sus últimas páginas nos agradecen ser lectores y nos invitan a entrar en su página electrónica, para dar nuestra opinión. Además tiene prologo y su prologuista es Valentín Puig, es decir una buena edición, que invita a otras lecturas de sugerentes autores, espero que se propague esta buena manera de hacer libros
Robertson Davies (Thamesville Ontario – Canadá 1913 – 1995) candidato canadiense al Nobel, autor muy leído y escuchado por que también hizo teatro de éxito y fue profesor de literatura. Era un escritor completo, novelista, articulista diario y autor teatral ¿Quién pide mas? pues en sus inicios fue actor en Londres. Después de completar sus estudios en Toronto dejo Canadá para estudiar en Oxford y hacer sus tesis sobre Shakespeare.
Sus novelas son herederas de la literatura inglesa del siglo XVIII Y XIX e influenciadas por Carl Gustav Jung que uno de cuyos conceptos claves fue “el inconsciente colectivo” y que subyace en lo que el denomino el “arquetipo”, y sin querer resumir lo que ha supuesto toda una estantería de libros, les pongo encima del papel, una de sus frases mas conocidas: “El Yo no sólo contiene el deposito y la totalidad de la vida pasada, sino que también es un punto de arranque, el suelo fértil a partir del cual brotará toda la vida futura”.
Davies con El quinto en discordia (1970) inicia en esta novela la Trilogía Deptford donde Dunstan Ramsay y sus detalles (los detalles, infectan de realidad una novela) son sus protagonistas, los inicios pueden parecer que nos traen a un novela de corte clásico cuyo protagonista en su jubilación y ante la lectura de su propia hagiografía, hecha por un compañero del profesorado del colegio en la revista colegial, reaccionando, escribe al director del colegio donde ha estado trabajando toda su vida laboral, respondiendo de su vida, con un relato lleno de literatura, belleza y aventuras al soso discurso y que entendemos intencionado de un compañero del claustro.
La respuesta viene condicionada por las secuencias de una vida que se presume anodina. Imaginemos un profesor de historia, soltero y viviendo en los edificios del colegio toda su vida y que su pasión son las vida de los santos, siendo de origen escocés y de la iglesia presbiteriana (que entienden, entre otras cosas, que adorar a los santos es idolatría). La vida no es solo lo que vemos desde fuera, la profundidad y la aventura de una vida no se puede dibujar desde la fotografía que te hacen para el pasaporte.
A esa vida supuestamente gris añadamos un guerra, la primera (la Gran Guerra), una pasión inusual por el conocimiento y sus mejores amigos que pertenecen como él a la vida de seres sobresalientes y a este cóctel, completémosle con unas gotas de milagros o interposiciones misteriosas favorables, con un soporte literario por encima de lo habitual y tenemos una novela de las grandes, que este verano, espero, haga huella.
Hay paginas memorables y personajes que nos cautivan, la pagina 161 donde Boy Staunton, el amigo de nuestro protagonista le resume su encuentro con el reverendo George Maldon Leadbeater y la nueva visión de Cristo que este le ha mostrado, sencillamente notable, por no irnos de la religión , siguiendo su estudio de los hechos de los santos, en la pagina 226 tiene un encuentro con el jesuita navarro Ignacio Blazón, de la jesuítica Sociedad de los Bolandistas (desde mediados de 1600 están recogiendo la vida de los santos y sus hechos (hagiografías)) los encuentros entre ambos no tienen desperdicio y finalmente señalo la pagina 297 y la conversación con Liesl, la mas grotesca de las mujeres según sus propias palabras, y donde ella “desnuda” a Ramsay y le señala el lugar de la vida que tiene y que todavía tiene que recorrer y ocupar. Liesl es la apoderada del mago Magnus Eisengrim, el otro referente personal de nuestro profesor de historia.
Davies, fue actor y autor teatral y se hace notar en las construcciones de los escenarios y los personajes que unido a su sentido de la inventiva, imaginación y la sutileza le hace fácil la lectura, nos mantiene unido al personaje y sus aventuras.
En fin, sean sagaces en la lectura y resérvense un poco de ironía para gozar mejor de esta historia.
Los capítulos son cortos y su lectura es amena, les recuerdo, por que se quiere leer más, que esta novela es la primera de una trilogía que continua con Manticora (1972) y acaba con Mundo prodigioso (1975).
Estamos en verano y el ejercicio de la lectura necesita frescura y alivio, ayúdense con un vaso largo lleno de hielo, enfríen un chorro de ron del caribe y complétenlo con una buena dosis de limonada de lata, disfruten hasta que se acabe la trilogía y el ron.
Autor: Robertson Davies
Traductor: Natalia Cervera
Editorial: Libros el Asteroide
iSBN 10: 84-934315-6-7
Precio: 18,50 €
Paginas: 353
viernes, agosto 24, 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por opinar y procurar mostrar tu opinión sin ofender