viernes, marzo 04, 2016

Dos años, ocho meses y veintiocho noches de Salman Rushdie UNA BROMA DE LIBRO O MEJOR UN LIBRO DE BROMA






Autor: Salman Rushdie
Traductor: Javier Calvo
Editorial: Seix Barral
ISBN: 978-84-322-2521-5


Desde que el escritor británico de origen indio,  Salman Rushdie (Bombay, India 1947)   fue sentenciado en tiempos de Jomeini con una fetua por su libro  Los versos satánicos,   he seguido por la prensa las andanzas del escritor. Nunca me atrajeron sus libros hasta  que he comprado este que  quiero comentar, por la ponderación, que de él,  se ha realizado. Sí,  he caído en manos del marketing una vez más.

Su destino fue marcado por el hecho fatídico de verse sentenciado por escribir lo que le gusta, lo cual hubo de ser terrible, dadas las amenazas de los hooligans religiosos que andan enredados en cumplir con los mandatos de sus clérigos preferidos.

Creo que al emisor de esta sentencia o dictamen le hubiera sido más fácil no recomendar su lectura, por qué no le gustaba o por qué contradecía en la historia que contaba sus creencias o sus gustos literarios.
Convirtió al autor en escritor maldito y por lo tanto seguido por multitud de personas que esto de ser marginado o perseguido les produce interés o curiosidad y cierta complacencia  o benevolencia hacia el autor.
Esta es la opinión de un avezado crítico literario, Luisge Martin de Babelia  sobre el libro:

“Dos años, ocho meses y veintiocho noches son exactamente mil y una noches, y ése es el modelo que, con una mirada irónica, emplea Rushdie para este libro: una novela llena de historias engarzadas, de fantasía delirante, de indagación imaginativa acerca de la naturaleza humana. Salman Rushdie quiere ser la Sherezade de nuestro siglo, y el empeño no le queda grande.”

Más adelante sigue:

“Hace años estuvo de moda hablar de la Novela Total, ese hipergénero narrativo que no se conforma con ahondar en un aspecto de la realidad, sino que quiere abarcarlo todo: El Quijote, Guerra y paz, Cien años de soledad o La guerra del fin del mundo. Dos años, ocho meses…tiene esa misma voluntad. Por sus páginas desfilan el integrismo islamista, la sociedad de consumo, el feminismo, la homosexualidad, las nuevas formas de comunicación, la nostalgia o el aristotelismo. Los celos y la promiscuidad. La violencia, la credulidad y la organización política. Todo. Un universo sin límites ni foco.”

Ahora mi modesta opinión de lector:

Sinceramente he hecho un esfuerzo inconmensurable para leerlo, si no hubiera sido por mi compromiso con ustedes, sinceramente no lo hubiera acabado, tenía que contárselo, advertirles que en mi opinión hay que leer entre líneas al crítico anterior, y no leer este libro.

Si alguno de ustedes lo ha leído y les ha gustado espero que me disculpen, tenemos gustos muy diferentes. No me puedo excusar en que mi lectura haya sido rápida y somera, puesto que me propuse leerlo e intentar sustanciar las delirantes aventuras de los demonios, los yinn “esas criaturas de fuego sin humo” y su princesa Dunia.
La  historia   se genera  de los  amores  de la Princesa Centella con el filosofo sevillano del siglo XII de Ibn Rushd (que como pueden comprobar tiene el mismo apellido que el autor)  y las  interferencias en la vida humana  a través de la excéntrica descendencia de ambos en los siglos siguientes hasta llegar a nuestros días.
El libro es pretencioso y fallido. El autor del comentario que trascribo más arriba es muy generoso. Más quisiera el autor parecerse, en la belleza y la creatividad  al autor, a los autores, mejor, anónimos,  de las Mil y una noches.

Salman, no hubiera durado más allá de primera  noche,  el Sultán Schariar, lo hubiera mandado al desierto porque decapitarlo no hubiera sido  políticamente correcto.

Me quedo con  Sherezade y sus cuentos, prefiero mil veces más una las historias recogidas por los fabuladores de Oriente que este intento del autor de entretenernos con sus historias que más que engarzadas yo creo que son un galimatías sin sentido y lleno de referencias  absurdas para simular su  multicultural sabiduría.
Presiento lo que ha tenido que sufrir o divertirse, depende de su sentido del humor, el traductor Javier  Calvo cuando le entregaron el manuscrito en inglés.

Esta es la segunda vez que no recomiendo  la lectura de un libro.
Lean las autenticas Mil y una noches en un libro de bolsillo  y entenderán porque el Sultán fue generoso y  olvidó su rencor por mor de la  literatura y la belleza de Sherezade.


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