AUTOR: Oliver Sacks
TRADUCCIÓN:
Damià ALOU
PVP:
21,90 €
PÁGINAS: 378
ISBN: 978-84-339-6395-6
No
he podido, durante la lectura, separar la
imagen de Oliver Sacks de la de Robin
Williams por la película Despertares.
La
imagen iba y venía una y otra vez, la interpretación del actor me impresionó y
eso que no estuvo nominado a los Oscar,
en cambio la de Robert de Niro, en el papel del paciente que se despierta,
si estuvo. Creo, que quizá, el doctor que
representa Robin, para los académicos, era demasiado parecido al actor y no supieron distinguirlo del
personaje.
Competía
con Jeremy Irons, que ganó, con Kevin
Cosner, en Bailando con lobos, con Gerard Depardieu por Cyrano de Bergerac y con Al Pacino este último por El Padrino III.
Todo esto sucedía en marzo de 1991.
Ambos
han muerto, el actor se suicidó, sin decirnos porque, sin dejarnos una nota a
su público, soy egoísta porque quería que se quedara para ser de nuevo profesor
de literatura o rey pescador. No pudo soportar la farsa. El doctor, murió en su cama rodeado de sus amigos, por un
segundo cáncer que esta vez no pudo superar.
Oliver Wolf Sacks (Londres, 1933-Nueva York, 2015) escribía
incesantemente como habito personal, como pasión, como sistema para dejar por escrito esas ideas, sentimientos o pensamientos que nacen
ante un acontecimiento, un paisaje o un problema que llevamos tiempo
solucionando o simplemente para saber quién era. Él, paraba el coche y anotaba.
En
las fotografías que aparecen en el libro
se le puede ver anotando en el techo del coche o con el cuaderno apoyado en las
rodillas mientras descansaba en un porche con la cordillera que rodea a Machu Pichu de fondo.
En
movimiento
es el resumen de todos esos cuadernos: vital, apasionado, reflexivo, duro, bien
escrito pero sobre todo lúcido. ¿Porque? Pues
porque me ha emocionado sentir la admiración por su padre, me ha dolido la
respuesta de su madre cuando se entera de su homosexualidad, me ha entristecido
ver/sentir su impotencia como neurólogo, no podía hacer nada para recuperar
a su hermano con una enfermedad mental, me he alegrado cuando logra encontrar
un camino para llegar a los enfermos incapaces por la encefalitis, a relacionarse con el mundo que
les rodea , me ha enfadado su cabezonería cuando tarda en acabar un libro por afinarlo o mejor
por puro miedo, me he alegrado con esa cabezonería cuando consigue abrir a los
enfermos abandonados en hospitales siquiátricos nuevas expectativas, me he
emocionado con su sensibilidad hacia los problemas de las personas que son
diferentes y me quedé sorprendido, intrigado y lleno de dudas por su relación
con las drogas.
Todos
estos sentimientos me provocaron que tardara
cuatro tardes en leerme el libro.
No
me aburrí ni un minuto y en verano me he prometido repasarlo leyendo su libro
de viajes: Diario de Oxaca.
El
autor era un adicto a viajar, parte del libro lo dedica a los viajes con
su cabalgadura la BMW R60, con la que
aparece en la portada del libro, recorre EEUU y esos viajes son la ventana que un científico deja
abierta para observar al mundo y a sus caminantes y anotar en sus cuadernos como él los ve.
Si
han llegado hasta aquí leyendo este comentario, no les tengo que decir que les recomiendo
que lo lean, si no lo perciben así es
que no lo he hecho bien.
Los
otros libros que recomiendo del autor son:
El Hombre que confundió a su mujer con un
sombrero
Un antropólogo en Marte
Despertares
Diario de Oaxaca (que lo leeré en verano)
No
lo olviden, lean.
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