Editorial: Seix Barral Biblioteca Breve
Paginas: 278
ISBN: 978-84-322-2465-2
Precio:19€
“Trata, dije sin titubear, del miedo mutuo que desde el primer momento nos tuvimos mi padre y yo y de cómo logramos superarlo”
Más adelante sigue diciendo:
“Pero esta respuesta se presentó de golpe, irremediable y determinante como el primer asesinato de una novela policiaca, y permaneció conmigo cuando mi acompañante me dejó solo.”
Esta es
la justificación del porqué de este hermoso libro que el autor, en la
página 49, nos traslada.
Es
una autobiografía del Miedo Mutuo que
teje o mejor deshace lo tejido de la
relación hijo – padre. Un padre, omnipresente por ausencia.
Fernando
Marías (Bilbao, 1958) autor muy reconocido y un
cinéfilo pasional que con esta novela ha ganado el Premio Biblioteca Breve 2015, además de también ganador, entre otros, del Nadal con el libro
“El niño de los coroneles” en el 2000.
En este
libro desgrana, mezclando sus fantasías
adolescentes y sueños inconclusos de adulto, la relación con su padre desde su primer encuentro en el
umbral de la casa familiar, cuando el padre, marino mercante, llega a la casa y
él le pregunta a su madre: ¿Quién es ese hombre?, seguido de un contundente ¿Y se va a quedar?
Imaginen,
un hombre que llega del mar después de una larga travesía y que sabe por el telégrafo que ha tenido un
hijo y descubrir que es un extraño para
el niño.
E
imaginen también a un niño que en dos años a reinado en su casa servido de la
madre y una abuela solícita al extremo y le llega un invasor, hombre y adulto a
su imperio.
Desde
ese momento ambos realizan un esfuerzo mutuo para encontrarse y poder
relacionarse felizmente.
El
autor quiere ser director de cine y enseñar en las mágicas salas de cine sus sueños, viaja a Madrid para
encontrar el paraíso, pero en ese paraíso se pierde reiteradamente con la cómoda libertad y la
ausencia buscada.
Regresa
a Bilbao y en paseo al sagrado monte, con su reflejo, su padre el ausente, sin
palabras, le dice que el camino no es ese donde tiene su vida actualmente. Fernando reacciona deja de perseguir sueños
bañándose en alcohol y le dedica su primera novela y el Miedo Mutuo comienza a
diluirse.
Vuelve
ya, en tren, regularmente, desde su feliz exilio en Madrid, pues sus novelas están
llenando las estanterías de la casa familiar y cuando el padre presenta los
primeros signos de que su vida esta acabándose decide escribir este libro para
darle testimonio y darse testimonio del enorme peso que ha tenido en su vida.
El
autor narra sentimientos y situaciones que muchos de nosotros y más si somos de
su generación cinéfila, hemos tenido con nuestros padres, que tenían como
misión honorable en la vida: sacar a su familia adelante con todo su esfuerzo y
sacrificio y acudían a su casa para descansar
y recuperar fuerzas para iniciar la jornada al día siguiente y demorarse
lo mínimo imprescindible en conocer por la madre como habían ido las cosas con
los hijos.
El cine
era el lugar donde veíamos nuestras
fantasías flotar, el lugar donde podíamos enamorarnos o morir, discretamente,
después de haber subido a la cima del mundo.
El
héroe y antihéroe de Fernando rodea al mundo sorteando tormentas y piratas
imaginarios para llegar y convertir el
paseo bilbaíno de subir al monte Pagasarri en el mito del la relación entre
ambos. Ese paseo que con el padre a solas o con sus hermanos hacían los días de
fiesta es el camino de Santiago donde ambos se hacían las confesiones que su
intimidad, la de uno adulta y la del otro infantil, podían expresar.
Esta
biografía de una relación acaba con la
autor en la casa familiar, vacía de sentimientos, ya vendida, evocando los fantasmas familiares, el suyo
propio de niño buscando al adulto que es ahora y a un padre omnipresente al que
le debe disculpas por aquel desafortunado primer encuentro.
Hermoso
libro lleno de referencias a las películas que forjaron nuestros sueños y sobre todo lleno de referencias a las
relaciones con el padre, que nos construyeron como personas, por presencia o por ausencia.