Como plato único para cuatro personas, entre tanto pongo un par de quesos para hacer la espera, de dejar reposar el guiso, más corta y así catar el vino que uno no sabe al abrir la botella con que se va a encontrar.
Ingredientes: 1kg de patatas, 300 gramos de chorizo riojano la mitad picante y la mitad dulce, 1 cebolla grande, 2 dientes de ajo , 2 pimientos choriceros, aceite de oliva y sal.
Los pimientos los dejo en agua caliente media hora para que se pongan carnosos (también los hay envasados), pico la cebolla fina para sofreír en un chorro de aceite en la cacerola que voy a utilizar para el guiso a fuego suave quince minutos. Cuezo los chorizos para que pierdan la grasa unos ocho minutos. Pelo las patatas y las parto con la mano, no he dicho cortar, he dicho romper, pinchándolas con tenedor es fácil, en trozos medianos. Según la tradición, y lo podeis comprobar que así es, el caldo se hace más gordo.
Cortar el chorizo escurrido en trozos, al gusto, añadiéndolos a la cebolla con los dientes de ajo sin pelar, los pimientos pelados y las patatas, rehogarlo todo durante dos o tres minutos. Lleno de agua hasta que cubran las patatas, salar, doy un fuego fuerte hasta hervir y lo bajo hasta fuego suave, con la tapa a medio poner, para que respire el vapor, durante más o menos media hora hasta que las patatas estén bien hechas. El caldo ha de estar espeso y como hay que mover la cacerola de vez en cuando, suelo, si no está a mi gusto, aplastar una patata.
Estoy pendiente de que no queden secas poniendoles agua, porque depende del origen o si las patatas llevan mucho recogidas.
Dejamos reposar 10 minutos y a comer cuatro personas. ¡Oh! Casi se me olvida que algunas veces le pongo una hoja de laurel, y acompañadas de un vino de rioja roble, es fantástico para acompañar el guiso.
Estoy pendiente de que no queden secas poniendoles agua, porque depende del origen o si las patatas llevan mucho recogidas.
Dejamos reposar 10 minutos y a comer cuatro personas. ¡Oh! Casi se me olvida que algunas veces le pongo una hoja de laurel, y acompañadas de un vino de rioja roble, es fantástico para acompañar el guiso.
La misma receta con las costillas es formidable teniendo en cuenta que la carne esta desnuda y hay que darle una vuelta más en el aceite para sellarlas y no hace falta cocerlas para sacarle la grasa.
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