viernes, mayo 28, 2010

Dos libros cortos pero intensos





Como consecuencia de la crisis que “sufrimos” he buscado manuales o libros que de forma, didáctica, sencilla y breve me explicaran y yo pudiera entender.
Admiro a Gabriel Tortella, catedrático de historia económica jubilado que nació en 1936 en Barcelona y que se confiesa republicano de izquierdas. En sus trabajos aplica su sabiduría de conocimientos y de edad para responder preguntas comprometidas sobre la actualidad, sobre política o sobre economía. Preguntas que todos nos hemos hecho en alguna ocasión, y él sin perjuicio ideológico, ni temor a los juicios ajenos, las desarrolla con valentía y sentido común. Sus respuestas me reconcilian conmigo mismo, porque en numerosas ocasiones coincido con él y siendo yo un ignorante ilustrado, me doy el gusto de darme un aprobado.


Con este pequeño libro, en tamaño y número de páginas, he comprobado, al recomendarlo a mi amigo Ignacio, que una vez leído, lo hizo suyo y lo recomendó, ¡Llegando al dispendio de regalarlo! a jóvenes compañeras de trabajo, que están estudiando empresariales (mérito enorme) en la UNED ( Universidad a distancia) y comentó: “para que sepan de que va todo esto”
El libro da un repaso a las crisis mundiales, los historiadores no se pueden reprimir, lo que sirve al lector para situarse en perspectiva con lo que estamos viviendo, que es un acierto.
Tortella y Núñez dicen:
“La gigantesca dimensión de la crisis no se debe a un fallo del sistema, sino en gran parte a un fallo humano. En esto se diferencia de la Gran Depresión de los años Treinta, cuyas dimensiones se debieron a los problemas de la transición de una economía puramente liberal a otra de corte socialdemócrata , con los penosos ajustes que tal transformación acarreó.”
Como “fallo humano” los autores entienden que las instituciones: Gobiernos centrales y locales, bancos centrales, auditores, bancos, etc. desoyeron y en algunos casos falsearon las voces de muchos analistas y del propio mercado que solicitaban ajustes y recortes en el gasto y nadie quiso escuchar, abandonar el paraíso es muy duro.
El mercado se auto regula hasta que “alguien” le pone un cebo u oculta información para condicionarlo y mejorar su propia posición. Los sistemas de supervisión en un mundo en red, necesitan ser globales.
Clara Eugenia Núñez la coautora es una especialista en política educativa, y el libro nos pone en alerta sobre el tratamiento que se está dando a la educación en España. En sus páginas nos advierte que la única forma de salir de esta crisis, a largo plazo, con garantías, es revolucionar la educación para que a través de ella mejoremos la productividad, individual y social, es decir, hagamos mejores cosas con menos coste y en menos tiempo. El conocimiento en una sociedad como la nuestra, es la única vía para avanzar.
La educación ha de ser global y dejarse de localismos y fundamentalismos absurdos, para que los individuos que salgan de las aulas compitan globalmente.
El libro nos ayuda a entender lo que estamos viviendo y el conocimiento es futuro.

Mi madre es un libro maravilloso de uno de los mejores escritores norteamericanos vivos. La literatura de Richard Ford ( 1944 Jackson, Mississippi) es el paradigma del cronista que relata lo que observa de la vida americana. Su trilogía protagonizada por Frank Bascombe ( El periodista deportivo, El día de la Independencia y Acción de Gracias) es considerada, con razón, comparable a las obras de los grandes escritores norteamericanos clásicos, Faulkner y Hemingway.
Leyendo este libro, que fue escrito en 1988, entiendes porque todos los críticos ( entre ellos mi admirado Carver) disfrutan, como el autor con su obra describe con profundidad a la sociedad en la que vive, esa sociedad alejada de las pantallas de televisión y de las grandes rutas turísticas.
La feliz familia Ford vivió en muchos lugares, condicionados siempre por la vida laboral del padre, madre e hijo pasaban la semana juntos , puesto que, el padre la pasaba fuera de casa, por su profesión y la convivencia era grata.
Todo la vida familiar se desarrolla muy normal hasta que el padre fallece. Richard Ford con 16 años, adolescente, y su madre, una mujer joven y hasta ahora solo con el oficio de madre, han de enfrentarse a la ausencia y al desarrollo personal de ambos.
El hijo, a la vez que se va descubriendo, conoce a la persona que hay en su madre, que lo ha acompañado durante todos esos años. Este descubrimiento de ambos individuos nos lo pasa el autor con una literatura concisa y magistral.
Ford, hace una declaración de principios en la página 10, justificando su trabajo : “El acto y el ejercicio de abordar la vida de mi madre es, por supuesto, un acto de amor.”
Es un homenaje a su madre y a su vez, representa esa esencia de la literatura del autor, la vida de una sociedad que se lee a través de su protagonistas. Es un relato intimista que describe que esa sociedad norteamericana, alejada de las grandes urbes y en su profundidad, está hecha de hermosas vidas llenas de amor, equivocaciones y trabajo.
Dos buenos libros, dispares en su contenido pero ambos muy llenos de respuestas.

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