NADIE LO HA VISTO
Autor: Mari Jungstedt
Ediciones MAEVA
En la mitología del español de mi generación, existe “la sueca” esa señora estupenda que se soleaba en las playas levantinas y que nos hizo soñar de adolescentes.
Y que si para nosotros fueron “ellas”, a nuestros padres les hubiera gustado ser el embajador Antonio de Pimentel seduciendo a Greta Garbo en su papel de la Reina Cristina.
Esto no ha cambiado, ahora, nos seducen con sus novelas.
Estoy seguro que muchas mujeres de mi generación guardan celosamente entre sus bienes más preciados los libros de Pipi Langstrump, ellas siempre han sido lectoras y nosotros mirones.
Años después, esos mismos españoles, maduramos y admiramos a Olof Palme, y algunos aprendimos de él su sentido estricto de la libertad, (por cierto el 28 de febrero fue el aniversario de su asesinato). En Madrid, salíamos a la calle, a protestar contra nuestra dictadura, haciendo de su pacifismo nuestro escudo.
Bueno, ya he hecho mi pequeño homenaje al país de Mari Jungstedt, solo para que sepa que no está fuera de casa cuando llega aquí, y que queremos y admiramos a su país en todas sus expresiones.
Pero para presentar a la autora mejor tomo sus palabras: hablando de la generación de escritoras a la que pertenece, dice que son “mujeres exitosas y guapas”. No crean que estas palabras son producto de la vanidad. Esas palabras son parte de la replica a unas declaraciones poco afortunadas de otro escritor, masculino y sueco (también hay machistas).
Pero como dice mi admirado, “el templario sueco” Jan Guillou, “Se trata de pura envidia” ante el éxito de mujeres jóvenes y buenas escritoras como Mari Jungstedt, Camilla Lackberg, Liza Marklun o Anna Jansson
Mari, periodista de televisión de éxito, deja de trabajar en los medios para dedicarse a escribir su primera novela, que presentamos hoy en español, editada por MAEVA, fue un rotundo éxito en su país, y para colmo de los envidiosos, sus novelas están siendo llevadas a la pantalla.
¿Que más podemos pedir los envidiosos machistas para sobrevivir?
Pues, los que pertenecemos a la raza de los Salieri, debemos leer la novela.
Mari Jungstedt nos guía llevándonos de la mano por Gotland, lugar “donde el entorno ayuda a describir los sentimientos” según expresión de otra escritora.
Gotland, descanso y aislamiento, la isla de sus vacaciones infantiles y para nosotros, a través de sus palabras, la brisa del Báltico caminando sus playas.
Seguimos a los protagonistas, el inspector Andres Knutas y al periodista Johan Berg y nos adentramos en las carreteras sin asfaltar , percibiendo como está entrando el verano, con el ruido de fondo, de los neumáticos al pisar las piedras y del mar.
Sabemos que su isla es un lugar apacible, sereno, cerrado y que por esta particularidad también acoge a personas, con vidas oscuras y que pueden hacer daño y eso es parte inquietante de la isla.
Helena, ha llegado para descansar y refrescar sus sentimientos, hace una fiesta con sus amigos, la bebida incendia los celos de su pareja, y mantienen una violenta discusión en el porche y la fiesta se termina. A la mañana siguiente, Helena es encontrada brutalmente asesinada y sus bragas le taponan su boca, el perro de la pareja ha sido decapitado.
En un estilo sin adornos, preciso y con un manejo sencillo y contundente de las imágenes, la autora, nos ha dejado sin aliento en pocas páginas.
El primer sospechoso es evidente y todo está aparentemente resuelto, pero dos nuevos cadáveres aparecen, mujeres igualmente, con sus bragas taponándoles las bocas.
Knutas está siendo presionado por todo el mundo, la temporada de verano está por empezar y Visby la capital de la Isla, ciudad Patrimonio de la Humanidad, se puede quedar sin los 800.000 visitantes que se esperan cada verano y que son su supervivencia económica.
El periodista Berg necesita la información, para recuperar su auto estima y prestigio, sus fuentes dentro de la policía lo mantienen al día.
Tenemos tres frentes abiertos:
La isla necesita la tranquilidad, el policía necesita encontrar al culpable y el periodista busca dar la noticia, antes que nadie.
Me gustan las novelas que manejan varias historias a la vez, que complementan y explican la principal. Mantenerlas sin que colisionen como Iceberg a la deriva, es un arte, es donde se descubre a un verdadero novelista.
Berg se enamora de Emma, la amiga íntima de Helena que estuvo en la fiesta, entre ellos surge un hermoso amor de madurez.
Las investigaciones del periodista le inducen a pensar que Emma, puede ser la próxima victima, sus prioridades cambian y la captura del asesino es más importante que la noticia.
Los motivos encuentran al culpable y ya tenemos a todos en pos del asesino.
Valoro mucho, en la autora., dentro de su sobriedad expresiva, los caracteres femeninos, muy bien definidos con pocos trazos, por ejemplo un personaje, menor, secundario : la esposa del Inspector, esta llena de ternura y es muy cercano, lo que le da el contrapunto al Inspector, un acierto.
El periodista Berg, es mi favorito, la autora conoce el medio profesional, los sentimientos que se manejan en la profesión y las prioridades que dan el punto agrio al periodismo.
Por último y me supone una sorpresa, el asesino, el protagonista oculto, el hilo de la trama, es un ser al que puedes compadecer y todo esto es merito de Mari Jungstedt.
La escuela de Mankell, está presente en el oficio de la autora, sobriedad y cierta critica hacia una sociedad acomodada.
Definitivamente la envidia es mucha, creo que tengo muchos motivos para aconsejar que no la lean, por que van a disfrutar de buena literatura y eso no lo voy a poder soportar
